El tratamiento de lesiones vasculares con láseres inicia en 1970. Con el desarrollo tecnológico se produjo un incremento en la seguridad y su eficacia, siendo actualmente una terapia segura y efectiva en estas lesiones. Pequeños vasos sanguíneos (Telangiectasias) en cara o miembros inferiores son eliminados en su totalidad.

Padecimientos cutáneos como la rosácea y hemangiomas tienen gran éxito también con estos procedimientos. La hemoglobina contenida en el interior de los vasos sanguíneos es el objetivo de la luz láser (Nd: YAG). El calor generado por esta energía es absorbido por la sangre en el interior de los vasos sanguíneos destruyéndolos en días o semanas.